(CNN) — La breve escala del presidente de Taiwán, Lai Ching-te, en Hawai puede haber parecido discreta (no hubo una recepción formal en Estados Unidos ni grandes discursos), pero sus implicaciones se extienden mucho más allá de coronas de flores y banquetes.
De camino a las Islas Marshall, Tuvalu y Palau (tres de los pocos aliados diplomáticos que le quedan a Taiwán), Lai aprovechó su visita para subrayar la resistencia diplomática de Taiwán en medio de la creciente presión de Beijing. También se produce en un momento en que Taiwán se enfrenta al inminente cambio de liderazgo en la Casa Blanca.
Lai hará escala durante dos noches en Hawai y una noche en el territorio estadounidense de Guam, su primera escala en suelo estadounidense desde que asumió el cargo en mayo, dijo a CNN la oficina presidencial de Taipéi.
Aunque se anunció como una escala no oficial, el viaje generó críticas, en particular de China, que condenó la visita de Lai y se espera que responda con ejercicios militares cerca de Taiwán. Fue más que una escala: reafirmó las alianzas de Taiwán con Estados Unidos y otras democracias, alianzas que Beijng está ansioso por socavar.
Como era de esperar, la reacción de China a la visita de Lai fue feroz. Un portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán de China la calificó de “acto provocador” e insistió en que los esfuerzos por lograr la independencia de Taiwán “están condenados al fracaso”.
Este domingo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Beijing dijo que “se opone firmemente a cualquier forma de connivencia o apoyo de Estados Unidos a los separatistas que abogan por la ‘independencia de Taiwán’ y sus actividades separatistas”.
“China condena enérgicamente la organización por parte de Estados Unidos de la ‘escala’ de Lai Ching-te y ha presentado serias protestas ante Estados Unidos”, afirmó en un comunicado.
Según Kolas Yotaka, exportavoz de Lai y de su predecesora, Tsai Ing-wen, este tipo de respuestas son habituales.
“La opresión de China contra Taiwán se ha intensificado”, dijo Yotaka a CNN. “No solo están atacando a Taiwán, sino también a las instituciones democráticas de todo el mundo. Atacar a Taiwán es parte de la agenda política más amplia de China”.
Las agencias de seguridad taiwanesas prevén que Beijing –que reclama la isla autónoma como su propio territorio– utilizará el viaje de Lai como pretexto para realizar ejercicios militares cerca de Taiwán, posiblemente bajo el nombre en clave “Espada Conjunta-2024C”. Estos ejercicios, a menudo acompañados de campañas de propaganda, son una táctica conocida. Beijing ha realizado demostraciones de fuerza similares tras interacciones de alto perfil entre Taiwán y Estados Unidos, incluida la visita de la expresidenta Tsai Ing-wen a California, el año pasado.
“Este tipo de represión no se detendrá”, advirtió Yotaka. “Tenemos que asumir que lo peor está por venir”.
Lazos entre Estados Unidos y Taiwán
La visita de Lai a Hawai se produce en un momento crítico de las relaciones entre Estados Unidos y Taiwán. En un momento en que Estados Unidos pasa a tener un segundo gobierno de Donald Trump, los líderes de Taiwán enfrentan importantes incertidumbres. Si bien durante el primer mandato de Trump aumentaron las ventas de armas a Taiwán, sus recientes comentarios en los que sugería que Taiwán debería “pagar por su defensa” insinúan un enfoque más transaccional.
Taiwán financia en gran medida su defensa, con miles de millones de dólares que gasta en armas fabricadas en Estados Unidos, y a diferencia de Japón, Corea del Sur y Filipinas, no está protegido por un tratado de defensa mutua con Estados Unidos.
Antes de partir de Taiwán, Lai hizo hincapié en los valores democráticos compartidos en las alianzas globales. “Quiero utilizar los valores de la democracia, la paz y la prosperidad para ampliar nuestra cooperación con los aliados y mostrar al mundo que Taiwán no es solo un modelo de democracia sino una fuerza vital para la paz y la estabilidad”, afirmó.
Algunos críticos cuestionan el valor de las relaciones de Taiwán con las pequeñas naciones del Pacífico, pero Yotaka discrepa firmemente. “Si se descarta a un país por considerarlo pequeño y poco importante, se puede descartar de la misma manera a Taiwán”, afirmó. “Estas relaciones no son solo simbólicas: son fundamentales para la seguridad de Taiwán”.
Las alianzas con naciones como las Islas Marshall y Palau pueden no tener el peso de aquellas con potencias mayores, pero ofrecen plataformas para el compromiso y refuerzan la presencia global de Taiwán.
El viaje de Lai, incluida su escala silenciosamente significativa en Hawai, pone de relieve la lucha continua de Taiwán por el reconocimiento y la soberanía como democracia de primera línea que enfrenta la presión autoritaria.
“Nadie puede salvar a Taiwán por sí solo”, afirmó Yotaka. “Solo una fuerte alianza de democracias puede marcar la diferencia”.
A medida que Beijing aumenta la presión y cambia el equilibrio de poder global, el futuro de Taiwán depende de su capacidad de adaptarse, innovar y reunir aliados. El viaje de Lai a través del Pacífico es un intento por hacer precisamente eso: una maniobra calculada en un juego geopolítico largo y de alto riesgo.
Eric Cheung, de CNN, contribuyó a este informe.
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