Famosos Urbanos RD Internacionales Álvaro Delgado, el veterinario «romántico» y amante del campo que quiere ser presidente de Uruguay

Álvaro Delgado, el veterinario «romántico» y amante del campo que quiere ser presidente de Uruguay

Álvaro Delgado, el veterinario «romántico» y amante del campo que quiere ser presidente de Uruguay post thumbnail image

(CNN Español) — Sus tres hijos le dicen “gordo”, se define como un romántico, le gusta Ricardo Arjona, y lo que más disfruta es el campo: andar a caballo con sus perros y el amanecer. Fue secretario de la Presidencia del Gobierno saliente del presidente Luis Lacalle Pou y se dio a conocer a la ciudadanía como el gran comunicador durante la pandemia por covid-19. Álvaro Luis Delgado Ceretta, veterinario, de 55 años, quiere ser el próximo presidente de Uruguay, por el Partido Nacional.

Cuando en marzo de 2020, pocos días después de asumir el gobierno como mano derecha del presidente, estalló la pandemia, pocos conocían a Álvaro Delgado. Pero, casi sin quererlo, se convirtió en una especie de vocero de las peores noticias durante esos tiempos, en las conferencias de prensa regulares transmitidas por todos los canales. “Me tocó anunciar el primer muerto, que era un amigo mío y del presidente de la República”, dijo en entrevista al programa Protagonistas, de FM Del Sol. La indeseada popularidad de esas conferencias de prensa fue, según analistas, la plataforma que construyó su candidatura presidencial.

Nacido en Montevideo, la capital uruguaya, estudió primaria y secundaria en colegios privados bilingües y su amor por el campo lo llevó a cursar Veterinaria. Fue mientras realizaba esa carrera que se vinculó con el gremialismo estudiantil, como representante de una de las corrientes universitarias históricamente vinculadas al Partido Nacional (centroderecha). Desde entonces, siempre siguió siendo un militante político de ese partido al que se unió, dice, “casi sin darme cuenta”, impactado por el caudillo nacionalista Wilson Ferreira Aldunate.

Mientras estudiaba, trabajó como cobrador del laboratorio de su madre, que es química farmacéutica. Pero sus vocaciones eran otras: el campo y la política. Se vinculó y empezó a invertir en el agro, influido por su abuelo materno, del departamento de Paysandú, fronterizo con Argentina, con quien se sentía “muy identificado”. “Me condicionó el vínculo con el campo de mi abuelo materno”, dijo al programa Protagonistas. “Con todo lo que ahorraba, más un préstamo que siempre le pedía a mi padre, compraba vacas, me asociaba con mi abuelo, compraba ovejas. Siempre traté de ir invirtiendo para ir armando un capital. Así compré el primer auto, que mi padre me prestó la plata, y después se la fui devolviendo. Mis padres han sido muy generosos en ese sentido”, rememoró en una nota con la revista Galería.

Pero, además de ser un negocio, dice que el campo es su lugar en el mundo. “El campo te da mucha paz. En la mañana, muy temprano, a mí me gusta verla porque ahí está el rocío y empieza a amanecer”. “No debe haber nada más lindo y más libre que ensillar y salir por el campo a andar a caballo”, agregó en la larga entrevista radial.

A comienzos de los noventa, en la misma Facultad de Veterinaria donde encontró su vocación política, también conoció a la que sería su novia durante cinco años y, desde 1997, su esposa: Laura Lateulade. Con ella tuvo tres hijos: Agustina, Felipe y Pilar, de 25, 23 y 21 años. “Agradezco a Dios y a la vida la familia que tengo”, ha dicho. Es católico y dice que va a misa menos de lo que le gustaría. “Y a veces rezo solo antes de dormir. Es un tema, quizás, de vínculo personal, más que de pedir, de agradecer”, explico a Galería.

Un hombre de hablar pausado, bromista, quien dice que le gusta poner seudónimos a la gente y, por tanto, también se los ponen a él: sus hijos le dicen “Gordo” y también “Candi” (por candidato); fuera de la familia también le dicen “Tero” o simplemente “Alvarito”.

Su primer cargo político fue durante la peor crisis de la historia del país, como inspector general de Trabajo, entre 2000 y 2004. Después de eso fue diputado y senador opositor entre 2005 y 2020, durante los tres mandatos del Frente Amplio (izquierda). Y, en 2020, pasó al oficialismo junto a su “amigo, compañero de ruta y presidente Luis Lacalle Pou”.

Ahora asegura que quiere ser “un presidente que pueda unir a los uruguayos” y superar dificultades: “Como dice Arjona: ‘Las nubes grises también forman parte del paisaje’”.

Cuando los periodistas del programa radial le preguntaron “¿quién es Álvaro Delgado?”, él contestó: “Una persona común y corriente, con sueños, con experiencia, con muchas ganas, creo que con conocimiento de la realidad del país… que quiere tener la oportunidad de dejar todo para hacer de este un buen país”.

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